Lynn Stephen, Ph.D. Professor of Anthropology University of Oregon Eugene, Oregon Los zapatistas y los derechos indígenas Los zapatistas han abierto un espacio político muy importante en México respecto de los derechos indígenas y, en particular, de la autonomía indígena. Esta, básicamente, se refiere al derecho a tener voz en las decisiones que te afectan, ya sean políticas, económicas, educativas, de salud--en general, en relación con el desarrollo. Los zapatistas también abrieron un espacio político para la incorporación de los indígenas en la vida política nacional de manera significativa--no a través de la asimilación, sino a través del reconocimiento y validación de las diferencias. El movimiento por la autonomía indígena no comenzó con los zapatistas. Si observas aquello por lo que han luchado--el por qué y el dónde--verás que existe una continuidad en la historia mexicana. Si hubo una revolución mixteca en el siglo pasado, se relacionó con la imposición de autoridades externas, que cobraban impuestos a la gente o diciéndoles quien controlaría la distribución de licor. De cierta forma, estos son asuntos que están muy relacionados con lo que la gente habla hoy en día, en términos de la autodeterminación política en el ámbito local, regional y nacional. Tal vez por primera vez tenemos una articulación nacional de lo que han sido luchas regionales de los pueblos indígenas. ¿Qué es la autonomía? Una de las cosas más interesantes en la articulación de la autonomía indígena es que existen visiones muy diferentes de lo que significa la autonomía en diferentes partes de México. La experiencia de los yaquis, quienes han tenido un territorio constante que se identifica como propiedad de ellos desde hace bastante tiempo, es realmente diferente de la experiencia del pueblo lacandón en Chiapas, el cual se formó con gente de diversas áreas que llegaron a vivir ahí hace cincuenta, cuarenta o treinta años, donde la definición regional se da en un contexto de gran variedad multiétnica. Estes casos son diferentes del caso de Oaxaca, donde tenemos a la región mixe que históricamente ha estado subordinada por los zapotecas. En estos casos, no les interesa ser multiétnicos dados los vecinos agresivos que tienen. Más bien se trata de un movimiento en demanda de una autonomía local o de la comunidad. Existe una enorme variación dentro de México sobre lo que la autonomía indígena significa, e inclusive sobre lo que implican los derechos indígenas en ciertos lugares en particular. No quieren decir lo mismo en Chihuahua que en Oaxaca, Guerrero o Chiapas, porque las experiencias regionales son muy distintas. Así que la variación real y la diferencia en la experiencia histórica es una cosa. Otra es que hay diferentes nociones de género sobre lo que constituye los derechos indígenas. Mujeres y revueltas Cuando la gente pregunta sobre los derechos indígenas y de las mujeres, hay una gran expectativa sobre las mujeres indígenas en el estado de Chiapas que han participado en el movimiento zapatista. Alrededor del treinta por ciento de las fuerzas zapatistas son mujeres. Si observas la historia de la organización indígena en México, encontrarás rebeliones y revueltas indígenas a lo largo de toda la historia, e inclusive puedes encontrar a mujeres como figuras importantes de dichas revueltas. Las revueltas indígenas siempre implican alguna dimensión de género, que yo considero como parte de la historia de los derechos indígenas. Usos y costumbres Unas de las discusiones más interesantes provienen de la etiqueta "usos y costumbres," la cual está incluida en los acuerdos de San Andrés. Estos son los acuerdos sobre los derechos indígenas que firmaron el EZLN y el gobierno mexicano en 1996, y que nunca se implementaron. Los usos y costumbres han generado una interesante discusión en lo relacionado con las mujeres. En el primer Congreso Nacional Indígena realizado a mediados de los noventa, se realizaron varios talleres a cargo de mujeres indígenas. Estos recibieron fuertes críticas en el congreso bajo el supuesto de que traicionaban y dividían el movimiento. Sus sugerencias eran que no todos los usos y costumbres eran necesariamente progresistas, y que era posible ser indígena y a la vez cambiar--que no había nada en la identidad indígena que se hubiera mantenido estable en ningún lugar en particular. Así que hechos como el que los hombres y mujeres no escogieran a sus parejas en el matrimonio, el que las mujeres no participaran en las asambleas comunitarias, el que las mujeres fueran responsables de enormes cantidades de trabajo físico y prolongado, no eran necesariamente usos y costumbres que las mujeres indígenas quisieran continuar. También hablaron de la importancia de la democratización, de los derechos de las mujeres indígenas en el hogar, la comunidad y en las asambleas políticas. No lo veían como competencia; podían ser mujeres, ser indígenas, y podían ser activistas. Creo que es uno de los cambios más interesantes, el surgimiento de un espacio con categoría de género. Me refiero a "género" como a lo femenino. Me refiero a espacios de género para que las mujeres indígenas se reúnan nacionalmente para hablar unas con otras. "Feminismo" e indigenismo Una de las cosas más importantes que hay que recordar en relación con la creación de los espacios de género al interior de los movimientos de autonomía indígena, es la relación entre las mujeres indígenas y las no indígenas en otro tipo de tareas. Por ejemplo, un discurso cargado de género de una ONG interactúa con las experiencias de las mujeres indígenas en el contexto de su comunidad. No quiero decir que la mujer indígena se concientizó por la influencia del feminismo o algo similar. No es tan simple. Las mujeres tienen una gran conciencia de género simplemente como resultado de su propia experiencia. Han traído estas experiencias a las ONG y las han presentado no necesariamente en términos feministas, sino en términos de género. Una de las cosas más interesantes del movimiento por los derechos humanos es que muchos de los que participan son mujeres que están ofreciendo sus servicios a comunidades indígenas. Ahí se da una interacción, y creo que si haces este tipo de trabajo, con el tiempo se vuelve un intercambio. A mucha gente le gusta imaginar que todo tipo de activismo--ya sea por los derechos indígenas, por los derechos humanos, por los derechos de la mujer, por los de los discapacitados, o por los laborales--emanan exclusivamente de este contexto político, el cual está definido por cualesquiera que sean los objetivos del movimiento. La realidad es que todos los espacios donde se han dado movimientos indígenas, se han dado en espacios más generales. Puede ser la Iglesia, el trabajo, los estudiantes, las comunidades indígenas, pero por lo general hay un contexto muy rico del cual surge esta discusión. No sucede aisladamente porque las comunidades indígenas no están aisladas hoy en día ni nunca lo han estado a través de la historia de México.